miércoles, 8 de septiembre de 2010

La verdadera crisis

¿Qué es eso que llaman crisis? ¿A quienes afecta? ¿Por qué se ha producido? Estas son preguntas que para ser debidamente contestadas sería preciso emplear grandes cantidades de esfuerza y tiempo, que como mucho solo se verían recompensadas por el placer que produce el más puro altruismo antieconómico; y claro, entonces ¿de qué comemos?, ¿de altruismo?, ¿qué pensaría Gandhi al respecto?

Quizás la verdadera crisis en España sea esa, la falta de tiempo para poder analizar adecuadamente las cosas. La exigencia interesada e impuesta por los sectores unos a otros. Como no rebajes el pan, yo no te reparo tu coche; y después cuéntaselo a tus papis que yo se lo cuento a los míos. Los papis aquí son los bancos, pero no corresponde hablar de ellos en este momento.

Hay cosas más importantes que la economía, eso es rotundo. Es la economía la que trae la comida a casa, aparentemente si, pero eso es solo eso, una apariencia. Es cierto, el sistema capitalista ha traído una ingesta de avances tecnológicos enorme. Nos ha hecho vivir con mejor calidad de vida, pero al mismo tiempo ha producido armas capaces de desolar ciudades enteras con el gesto de apretar un simple botón. Y ahora que solo nos fijábamos en la cara positiva de la moneda, que parecía que lo teníamos controlado y que nunca volveríamos a cometer los gravísimos errores del pasado siglo XX, vemos que los cimientos morales sobre los que se construyó son de barro. Una base que no puede aguantar el emparejamiento de ciertos principios que están ligados por naturaleza a la verdadera esencia del ser humano. Principios de hierro forjado a nuestras emociones como desarrollo y sostenibilidad, como bondad y justicia, ya no tienen cabida dentro de un plan de expansión de empleo, sencillamente no son competitivos.

Si dejamos de lado nuestros principios a cambio de nuestro economía, dejaremos a un lado también nuestro avance como personas.

Como revelan Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart en su excelente ‘ladrillo’ This Time Is Different, en el que analizan nada menos que 800 años de cataclismos financieros, la recesión económica, tan necesaria para este planeta, hará a muchos cínicos, vagos y egoístas (según publica en su blog !No doy crédito! el corresponsal del el diario El Mundo en Wasingtong Pablo Pardo). En cambio, en otras personas, hará que se den cuenta de los enormes errores cometidos hasta la fecha por el capitalismo. Esto es bueno, demuestra que la rueda sigue girando, por ahora.

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