viernes, 16 de septiembre de 2011

En el camino


Ayer comencé a escribir sobre los discos que me apasionaban y hoy le toca a los libros que tienen el mismo efecto cuando los leo.


"En el camino" de Jack Kerouac es posiblemente el libro que mejor describe a la juventud Estadounidense de los años 50. Un relato frenético y neurótico sobre las experiencias autobiográficas del propio autor, que relata sus viajes entre los años 1947 y 1950 por Estados Unidos y México. Fue publicado por la editorial Viking Press en el año 1957, aunque fue acabada por su autor en 1951. Imagino que le fue difícil a Jack Kerouac encontrar a alguien que se atreviera a publicarla, ya que en Estados Unidos la sociedad era y sigue siendo extremadamente conservadora, algo que choca tremendamente con el material de la obra.


En este libro, relatado a ritmo de bebop, aparece una cara de Estados Unidos desconocida para el gran público; Una sociedad enloquecida debido a la pobreza económica, el alcohol y las ganas de pasarlo bien y estar a gusto consigo misma. Paralelamente a esta desgracia también circula un espíritu de auto-superación y trabajo por parte de esta sociedad, y es que no olvidemos que la mayor parte de los genios literarios, músicos, matemáticos... que nos ha dado este país ha venido de familias sin recursos monetarios. 


Fue escrita en solo tres semanas, mientras Kerouac vivía con su segunda esposa en el número 454 de la calle 20 oeste de Manhattan. Fue mecanografiada sin márgenes ni separación de párrafos en un largo rollo de papel al que Kerouac llamaba simplemente el rollo.


El argumento del libro gira entorno a las aventuras siempre iniciadas por el peculiar amigo de Sal, Dean Moriarty. Para que os hagáis una idea de como era este tipo no hay otra cosa mejor que recurrir al libro:


"Entro violentamente en la estación de ferrocarril; le seguimos como corderitos. Compro pitillos. Sus movimientos eran completamente locos; parecía que todo lo hacía al mismo tiempo. Sacudía la cabeza arriba, abajo, a los lados; sus manos se movían vigorosamente, espasmódicas; caminaba rápido, se sentaba, cruzaba las piernas, las descruzaba, se levantaba, se frotaba las manos, se frotaba la bragueta, se estiraba los pantalones, levantaba la vista y decía:
   - ¡Vaya! ¡Vaya! - Y abría los ojos para mirar a todas partes; y todo el tiempo me daba codazos en las costillas y hablaba y hablaba.
... Dean seguía de pie en la larga y desierta calle que se extiende junto al ferrocarril, con solo una camiseta y unos pantalones colgantes con un cinturón suelto como si pensara quitarselos allí mismo. Acercó la cabeza a Marylou, luego se separó de ella agitando las manos y diciendo:
   - Sí, sí, te conozco perfectamente, querida.
Su risa de maniaco; empezaba en tono bajo y terminaba en tono altísimo, igual que la risa de un loco de la radio, solo que más rápida y más entre dientes. Luego, recupera un tono como de tratar de negocios."


En definitiva si no eres de la extrema derecha conservadora de España, te atrae los relatos con un buen sentido del humor y que al mismo tiempo te cuenten algo de historia; y blablabla como diría Dean Moriarty, pues te lo recomiendo encarecidamente. 







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